Y ahora qué haré con las estrellas
que de tanto mirar el cielo
se enredaron en mis pestañas
bajando por el tobogán de la noche.
Tengo los dedos tiesos y doloridos
de tanto contarlas en el ábaco solar
por decenas, centenas, por millar
y en acto solemne una a una nombrarlas.
Hoguera cósmica de vértigos cromáticos.
Las auras estelares confabulan,
tan pronto son azules como rojas o naranjas,
malabares de luces, difusos espirales.
Si soplan los vientos marinos
temblarán de frío, se ahogarán en bruma,
sufrirán el mal del rocío
se desamarán como la espuma.
Tal vez la brisa sienta piedad
de las estrellas en mis pupilas anochecidas
prodigándose en abrazos sobre las llanuras
en besos y serenatas de luminarias perdidas.
Ojalá multipliquen los vientos sus motores
exhalando destellos en los campos
encendiendo de amarillo los girasoles
para cura de mis ojosy júbilo de los agricultores.
Marilen Zweifel*
Estimada Marilen:
ResponderEliminarGracias por las palabras que has dejado plasmadas en mi Blog. Iré leyento este tu sitio de poemas y gozando de todo lo que vayas editando en él. UN abrazo.
Alexander Vórtice